Siempre es posible bajar más

Y de nuevo otra noche me planteaba mi miserable existencia contemplando con mirada difusa cómo todos aleteaban. Se le llama felicidad, y es un estado guapo mediante el cual uno no es consciente de nada más que de lo que le apetece, diversión, risas, cariño, simpatía. Alguien me dijo que no subiera, que pa qué, que iba a estar fuera de sitio... y qué razón tenía mi padre (como siempre). Y encima llegó ella. Sí, la chica con la que estuve más de 3 años ahora me obsequiaba con 2 besos y 0 palabras en toda la noche, y mejor, ya es tarde para hablar. En fin, me autocompadezco de mí mismo porque doy asco, pena. Me doy rabia. Época pues para reflexionar solitariamente y empezar a hacer las cosas bien, vencerle terreno a la báscula, sacar unas buenas notas y huir de ambientes nocivos. No quiero recuperar nada, soy sabedor de que no todo tiene arreglo, y más en mi persona, capaz de sentir amor incondicional así como odio irreversible. Iba guapa y yo hecho un desastre, aún así hubo amigos que me instaron a que volviera a subir... pobres... en este 2010 dudo que me vean más de una vez en el mismo mes, más bien ellas deberían echarles una mano de verdad y meterse al local con el fin de colaborar pagando, que les hace falta. En realidad sólo se aprovechan de ellos cuándo les apetece, maldita la hora en la que introduje a esas hijas de puta allí. Entre 2008 y 2009, en el 80% de las ocasiones he coincidido con mi ex, la cual tiene una fuerte presencia allí, muchos oscilan alrededor de ella y yo obviamente no quiero ver nada de eso, porque yo soy la mierda más ignorada del local y ya sufro bastante. Estas visitas no me vienen muy bien.

No quiero dar pena, prefiero que me odiéis y me envidiéis, y así será, 2010 promete. Carlos Salido me llamará para tocar el bajo y cantar en Novelda y el Nebu para la batería. Voy a sacarme el gym de la uni y voy a ir todos los días por la mañana a estudiar y entrenar, cuando esté bueno iré a verla, e intentaré liarme con una de sus amigas o a lucirme símplemente. O qué coño, seguiré por ahí sin que me vean, sobre todo en el local. Justos por pecadores